Este blog será el testigo del proceso creativo y, a la par, subiré los avances narrativos en entregas.

viernes, 28 de febrero de 2014

Viaje a la luna de G. Méliès

En 1902, cuando el cine apenas tenías 7 años de haber sido descubierto como un avance tecnológico no artístico, el francés George Mélies realizó un cortometraje que transformaría nuestra noción del cine y de sus posibilidades narrativas al adaptar "El viaje a la luna" de Julio Verne en la primera película de ciencia ficción.
Véanla, es una obra maestra, un viaje a la luna que aún nos sigue sorprendiendo.

Voyage dans la Lune

jueves, 27 de febrero de 2014

Gagarin y sus 108 minutos en el espacio

-          En la mañana del 12 de abril de 1961, en la región sibérica de Saratova, aterriza Yuri Gagarin, después de los 108 minutos en el espacio. Esto es lo que ocurrió durante parte de esos 108 minutos
https://www.youtube.com/watch?v=uUDyO3u0QYs&feature=related


¿Por qué escribir?

La función de escribir es vivir tus sueños. Alargar los momentos de ensoñación. Es contar historias tan interesantes como la propia, pero tienes la oportunidad de vivir varias a la vez. Me fascina escuchar historias. No puedo estar fuera de ello. Cuando escucho a la gente, solo soporto las conversaciones que cuentan algo, que me describen mundos que yo no he vivido, cuando lo que dicen se convierte en algo interesante. Cuando me cuentan su cotidianeidad me resultan sumamente aburridos porque las historias, para que sean maravillosas tienen que ser concretas, romper con la temporalidad a los momentos más importantes para el que lee. Cuando escribo tengo la oportunidad de vivir en otro mundo. Cuando escribí el cuento de Luna Rusa, sobre el que se desprendió mi novela, estuve en la luna. Leí todo lo que pude sobre el tema, me empapé de libros: Mailer, Wolfe, Dick, Verne, y varios manuales de qué es un astronauta y su esquipo. Vi catorce horas de un documental sobre el viaje a la luna. Escribí cincuenta cuartillas en una semana. Trabajé diez a catorce horas al día. Viví en la luna. Tal vez ninguno de mis amigos sabe tanto de ese tema. Más que fascinación fue obsesión.
            Fue no sólo cumplirle un deseo al niño inmerso en mí, fue empezar lo que el adulto desea ser. De ello me brincó un metódico, ¿por qué escribo?
Mi tesis de maestría fue sobre el proceso creativo, por lo que intercalaré algunas ideas que planteé en mi tesis.
El primer paso es, antes de encontrar la causa para escribir, definir la finalidad. Todos los escritores, que aspiran a ser más que contadores de historias, poseedores de un lenguaje absoluto, tienen una búsqueda final en común, como aclara Cyril Connolly en La tumba sin sosiego, “cuantos más libros leemos, mejor advertimos que la función genuina de un escritor es producir una obra maestra y que ninguna otra finalidad tiene la menor importancia”. Esta idea es complicada pero necesaria, sino aspiramos a ello, nos convertimos en simples tipógrafos. En 2013 Amazon determinó que, sólo en China, había un millón doscientos mil, 1,200,000 escritores o gente que había publicado un libro. Es apabullante. El problema son los demasiados libros (a esto le dedicaré otra entrada). Así que sí, todos los que nos planteamos la idea de crear mundos léxicos, debemosaspirar a crear una obra maestra en la vida y escribir libros que si no se materializan en obra maestra, pueden ser un aprendizaje.
Para cada escritor, las razones personales varían. García Márquez declama que escribe para que sus amigos lo quieran, Jacques Borel asegura que “si escribo, lo hago también, puede que sobre todo, para no ser un extraño”. Razones de identificación y aceptación con uno mismo o con el entorno. En cambio, Ernest Hemingway determina que las razones para escribir atañen a una causa más pura, interna e intrínseca a la escritura, por el placer que genera, apabullante, hasta nublar a la realidad: “Recuerdo como ocurrieron todas esas cosas y los lugares donde vivíamos y los tiempos buenos y malos que tuvimos ese año. Pero más vívidamente recuerdo la vida en el libro y la creación de cuanto en él ocurría cada día. Al crear el campo, la gente y las cosas que ocurrían, me sentía más feliz que nunca.” En escribir está la recompensa para estos autores.
Para mi, escribir me permite vivir más que lo que esta vida sosa me ha dado. No porque mi vida haya sido, en estos treinta años, aburrida. He dedicado parte de mi vida a viajar, he vivido en otros países, conocido a gente alucinante, soy un fanático de los deportes extremos: paracaídas, bucear, rapelear, nadar con tiburones ballena, bungee, canopi, entre otros; sólo me faltan tres: ala delta, escalar y esquiar. Pero escribir me permite vivir realmente, conocer otros mundos, convertirme en alguien más allá de mí.
  También uno busca fuera de la escritura los dividendos. Pueden ir desde la trascendencia a partir de la creación hasta encontrar la totalidad inmersa en las letras, como lo buscaban los místicos o los románticos; la concreción de sí mismo a través de la palabra, como Clarice Lispector determina, “escribir es intentar entender, es procurar reproducir lo irreproducible, es sentir hasta el final el sentimiento que se quedaría en algo solamente vago y sofocante.”. Y para que ese sentimiento se concrete, el creador tiene que escribir.

               Así,  a seguir tecleando.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Música lunar II

Björk, la cantante islandesa más bella que existe, compuso esta pieza en 2011 y es la primera canción del  album Biophilia. La pieza está estructurada en cuatro secuencias rítmicas que reflejan los ciclos lunares.

Bjork Moon

Música lunar I

La luna es tópico artístico inmemorial. Todas las culturas se han deleitado ante el satélite y su fuerza visual, convirtiéndose en deidad referente: Los papúes la llamaban Bimbaio, en mesopotamia era Ishtar, en Fenicia Astarté, en grecia Selene o Diana, en Roma: Luna, para los aztecas Coyolxauhqui, para Japón Tsukuyomi, entre otros (Wikipedia dixit). Todos los nombres con referencia a la blancura de su tez, su luminosidad. 
Pero ¿A qué suena la luna?
Algunos músicos han escrito obras sobre, nominadas como y dedicadas al "astro nocturno".
En esta segunda entrada comparto la pieza de Sergio Camacho: "Four names for the one Moon: Soma, Ishtar, Selene, Luna" 

martes, 18 de febrero de 2014

First Orbit

En este blog incluiré publicaré libros, videos e información sobre viaje al espacio. Aunque tengo mucho material, creo que este video, sobre el primer viaje al espacio, es un buen inicio. Espero les guste.

First Orbit (película completa)

Apuntes sobre el génesis de una novela

Cuando era niño, mi sueño era ser astronauta. Sé que es un deseo común, pero a diferencia de la mayoría de mis amigos, en verdad quería serlo. Leí libros de ciencia ficción y vi todo tipo de películas –principalmente influido por “Right Stuff”, basado en el libro homónimo de Tom Wolfe- hasta que en secundaria fui consciente que era imposible que fuera a la luna; dos razones: la primera fue constatar que se necesitaban demasiados números y era pésimo en quebrados; el siguiente bandazo consistió en que para entrar a la NASA debía tener nacionalidad estadounidense, así que mi sueño terminaba en Tijuana. Ese año decidí que quería ser escritor, porque la única forma de cumplir mi sueño sería a través de la imaginación. Si, tenía 13 años y era cursi.
Durante los siguientes quince años escribí un libro de cuentos que se convirtió en papel reciclado, a excepción de unos cuantos relatos que vieron la luz en una antología universitaria y en un par de revistas, una novela que está en el cajón, esperando que algún día la reescriba o envíe a dictamen, y un libro de ensayo -a partir de mi tesis de maestría- sobre el proceso de creación literaria.
Al atravesar la barrera de los treinta años, esa simbólica edad que estipulan aleja la juventud y acerca el olvido, me replanteé la idea de porqué había querido ser escritor. Durante meses trabajé en otros proyectos que no cuajaron, hasta que entendí que había aceptado el destino socioeconómico del artista a cambio de viajar al espacio, a raíz de una tarde que tuve una idea que consideré interesante (en la entrada sobre el proceso creativo y la idea que germinó en esta novela, ahondaré en ese día) por lo que me enfoqué en ella.
 En un principio creí que sería un relato corto, por lo que a mediados del año antepasado, escribí 50 cuartillas con el título de “Estudios para un cuento de ciencia ficción /ó/ 28 formas de observar una luna rusa”. Al escribir el final me di cuenta que la historia desbordaba el relato, era tema para un novela. Debía ramificar el argumento. Por ello, empecé a investigar sobre el viaje al espacio y la carrera espacial soviética.
Para ello leí los siguientes libros:  Korolev (How One Man Mastermind the Soviet Drive to Beat America to the Moon) de James Harford, Wiley&sons, NY, 1999; Challenge to apollo (The soviet union and the space race) de Asif A. Siddiqui, NASA, Washington D.C., 2000; Lo que hay que tener (The right stuff) de Tom Wolfe, Anagrama, Barcelona, 1983;  Moonfire de Norman Mailer, Taschen, NY, 2010; Objetivo: la luna de Dan Parry, Planeta, México, 2009; La aventura de la luna de Herbert Pichard, FCE, México, 1970; Rusia y sus imperios 1894-1991, Jean Meyer, FCE, México, 1997; “Kissinger / Brezhnev talks in Moscow" en Kissinger reports on USSR, China and Middle East, G. R. Ford Presidential Library, Ann Arbor, 1974; entre otros.
Sobre ello, estructuré una ucronía cienciaficcional. Durante ocho meses armé el argumento, la estructura y una escaleta de acciones, pero me di cuenta después de meses que esa no era la historia que quería contar, así que volví a empezar, partir de que quería escribir una historia sobre el viaje a la luna y la carrera espacial rusa pero desde otra perspectiva.
Hace dos meses vi un video sobre el viaje del Apollo 8 que me sembró una idea, un mes más tarde, escuché una crítica a la película Gravity que me dio la pauta. Así, hace quince días volví a empezar, a trabajar en otra idea. Sin frustración del tiempo perdido, sino con la ilusión de una historia que suena más acorde con lo que deseaba contar. Para ello tuve que replantear la idea, leer nuevos libros, almacenar las más de 100 cuartillas que había escrito, para hacer esta novela, la que buscaba. Ahora estoy en busca de una estructura precisa.
Nostalgia de vuelo es una novela, en la que he trabajado durante los últimos dos años, en diferentes etapas. Primero no era una idea concreta sino la forma de divertir al niño frustrado. Ahora, es el plan de los próximos años, escribir la novela que me divierta, que justifique el haber abandonado todo lo demás.
Este blog será el testigo del proceso creador, aquí subiré videos, música, ideas, textos, sobre viaje al espacio y proceso creativo. A la par, subiré el texto conforme lo escriba.
Así que, empezamos.