La luna es tópico artístico inmemorial. Todas las culturas se han deleitado ante el satélite y su fuerza visual, convirtiéndose en deidad referente:
Los papúes la llamaban Bimbaio, en mesopotamia era Ishtar, en Fenicia Astarté, en grecia Selene o Diana, en Roma: Luna, para los aztecas Coyolxauhqui, para Japón Tsukuyomi, entre otros (Wikipedia dixit). Todos los nombres con referencia a la blancura de su tez, su luminosidad.
Pero ¿A qué suena la luna?
Algunos músicos han escrito obras sobre, nominadas como y dedicadas al "astro nocturno".
En esta segunda entrada comparto la pieza de Sergio Camacho: "Four names for the one Moon: Soma, Ishtar, Selene, Luna"
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